martes, 3 de febrero de 2009

entrada con hipervínculo


En esta entrada voy a hablar del último inquilino que se ha aposentado en mi casa, el picudo rojo .
Todo empezó el lunes pasado cuando, tras segar el césped, Guillermo llamó a Quique y le dio la gran alegría: teníamos un nuevo entretenimiento, por si no tuviéramos pocos, intentar salvar una de las palmeras del jardín que, le parecía, estaba afectada por el picudo rojo. Anteriormente ya nos habíamos informado de los efectos de esta plaga.

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